conoZe.com » Historia de la Iglesia » Historia de la Iglesia » III.- Edad Moderna: La Iglesia frente a la Cultura Autónoma » §73.- Caracteres Generales de la Edad Moderna » III.- Lineas Basicas de la Actividad de la Iglesia

C.- Autorreforma

1. La profunda conciencia eclesiástica del peligro creado por el ataque y la consiguiente reacción negativa de la Iglesia durante la Edad Moderna deben ser completadas con la afirmación siguiente: la autorreforma de la Iglesia resultó sin duda valiosamente fecundada por el ataque, pero en lo esencial fue un movimiento autónomo, surgido del propio centro de la Iglesia.

2. La autorreforma se manifestó en la eliminación del espíritu de secularización, imperante en la Iglesia sobre todo desde la época de Aviñón (§ 64), o, más concretamente, del espíritu del Renacimiento. Dado el fuerte arraigo de este espíritu en la jerarquía, el proceso de renovación duró mucho tiempo. A pesar de las enormes mejoras del siglo XVI, todo el ancien régime estuvo en buena parte caracterizado por dicho espíritu. No obstante, la autorreforma positiva de la Iglesia fue mucho más importante de lo que suele suponerse. La atmósfera religiosa, moral y espiritual de los siglos XVI y XVII estuvo fuertemente determinada, aparte algunos gravísimos síntomas de disgregación, por la vida, la obra, la oración y los escritos de Ignacio de Loyola, Teresa de Jesús, Felipe Neri, Francisco de Sales, Vicente de Paúl: dos siglos de santos, verdaderamente. Que estas manifestaciones no fueron casos aislados y fortuitos, sino que tuvieron hondas y amplias raíces en la misma Iglesia, lo prueba el hecho de que la autorreforma de la Iglesia, tanto en el siglo XVIII como en el XIX y XX hasta nuestros días, no ha cesado de experimentar una consoladora continuidad.

3. En resumen, podemos afirmar lo siguiente: Bajo el aspecto religioso, moral y espiritual, la Edad Moderna ha estado presidida por una nueva imagen del mundo, surgida exclusivamente del hombre y, más en concreto, de la razón humana y construida sobre bases matemáticas y científico-naturales, una imagen del mundo cuyas verdades científicas fueron luego, durante el siglo XIX, consideradas con ingenua superficialidad por una generación aeclesiástica y antieclesiástica como la verdad completa. El hecho de que fueran pensadores creyentes (Descartes) quienes pusieran las bases de esta imagen del mundo no cambia nada en el punto fundamental y decisivo.

Sobre la Edad Moderna se cierne, pues, la pregunta: ¿Podrá subsistir la antigua fe en su confrontación con la ciencia exacta y su imagen «científica» del mundo? Es decir: ¿Podrá la vieja creencia ser no sólo salvaguardada a fuerza de una penosa defensa apologética, sino ser también integrada en una auténtica unidad interna con la creencia moderna? De hecho, la respuesta que el tiempo ha ido dando, sobre todo a partir del siglo XVIII, es negativa.

El desarrollo último de las ciencias de la naturaleza, que desde distintos puntos de partida ha originado transformaciones sin cuento, incomparables a las experimentadas por la humanidad en su historia anterior, y al mismo tiempo los nuevos conocimientos filosóficos e históricos abren nuevas posibilidades para la solución, con tal que se tengan en cuenta los cambios experimentados en la conciencia del hombre, tan traído y llevado por tremendas sacudidas y decepciones. La Iglesia, portadora y defensora de la verdad, tiene otra vez ante sí una vieja tarea, que solamente podrá resolver si encuentra un nuevo método y toma la firme decisión de aplicarlo. La tarea apela a la auténtica (y tantas veces olvidada) herencia de la Iglesia, que es sostener, con un mínimo de apoyo exterior y, a veces, contra corriente, una contienda puramente espiritual y eclesial en plena libertad y en plena liberalidad: ¡un aspecto auténticamente cristiano, por una parte opresivo, pero glorioso por otra!

Ahora en...

About Us (Quienes somos) | Contacta con nosotros | Site Map | RSS | Buscar | Privacidad | Blogs | Access Keys
última actualización del documento http://www.conoze.com/doc.php?doc=5024 el 2006-07-21 11:59:24