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Pequeñas cosas para un año que empieza

Con frecuencia recibimos invitaciones para hacer determinados gestos de solidaridad relacionados con grandes causas, lo cual me parece bien, pero cuando observo la vida diaria pienso que estamos necesitados también de pequeños gestos con los que mostrar respeto, cortesía, amor a los demás. Por ejemplo estos:

• Saludar y sonreír a las personas con las que nos encontramos en el ascensor o la escalera
• No arrojar al suelo papeles, envolturas, colillas, chicles.
• Dar las gracias a quien nos atiende en el supermercado, en la oficina pública, en el centro de salud.
• No gritar, ni hablar a voces.
• Hacer bien nuestro trabajo, con honestidad y dedicación.
• No dejar en la calle los excrementos de nuestro perro.
• Evitar ruidos innecesarios o molestos.
• No aparcar en doble fila.
• Cumplir nuestro horario de trabajo con exactitud.
• Poner interés en resolver los problemas que nos planteen las personas a quienes debamos atender.
• No dejar en la calle muebles viejos.
• No ensuciar las paredes de los edificios con pintadas.
• Respetar las reglas de tráfico.
• No insultar a otros conductores.
• Ceder el asiento o la acera a las personas mayores.
• Respetar los árboles y los jardines y enseñar a nuestros niños a hacerlo.
• Evitar comentarios desfavorables sobre los demás.
• Utilizar el mobiliario urbano con tanto cuidado o más que el de nuestra casa
• Reclamar nuestros derechos con firmeza, pero con buenos modos.
• Agradecer a quien nos hace la comida su dedicación.
• Alabar sinceramente las realizaciones de los que nos rodean.
• Etc. Etc.

Todas estas cosas y otras más son cosas fáciles de hacer, no requieren ningunas cualidades excepcionales, pero son el entrenamiento necesario para que sean posibles y creíbles otros gestos y compromisos de más envergadura. Tratemos de incorporarlas a nuestros buenos propósitos para el año que empieza.