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1. Los Philosophumena
La obra más preciosa de Hipólito son los Philosophumena o Refutación de todas las herejías. El autor la llama al principio del primer libro Κατά πασών αΙρέσεων έλεγχος.
El conjunto de la obra comprende diez libros. El autor (9,3) no aplica el nombre de Philosophumena, o Exposición de las doctrinas filosóficas, más que a los primeros libros, que tratan de la filosofía de los griegos. Ese titulo no se puede aplicar al resto de la obra. Ninguna lista de los escritos de Hipólito, ni la de Eusebio (Hist. eccl. 6,22), ni la de Jerónimo (De vir. ill. 61), ni la de su estatua, mencionan este escrito, el más importante de Hipólito. El primer libro se conocía desde 1701, pero pasaba como obra de Orígenes, a quien le atribuían todas las ediciones impresas. Los libros 2 y 3 no se han encontrado todavía, pero los libros 4-10 los descubrió Minoides Mynas, en 1842, en un códice griego del siglo XIV, que entonces pertenecía al monasterio del Monte Atos y ahora se conserva en París. Fueron publicados (juntamente con el libro i) por primera vez en Oxford, en 1851, por M. E. Miller, pero siempre bajo el nombre de Orígenes. El año 1859, los Philosophumena fueron, finalmente, restituidos a Hipólito en la edición de L. Dunker y F. G. Schneidewind. En el proemio y en otros dos lugares (10,32 y 10,30), el autor remite al Syntagma, a la Esencia del Universo y a la Crónica como a escritos que había publicado anteriormente. Ahora bien, sabemos que estas tres obras pertenecen a Hipólito. Su paternidad fue aceptada comúnmente hasta que P. Nautin la puso recientemente en duda, pero, al parecer, sin dar razones decisivas.
En cuanto al contenido y en cuanto al método, el autor depende de su maestro, Ireneo. La introducción describe el contenido, plan y división de la obra:
Probaremos que (los herejes) son ateos, tanto en sus opiniones como en su modo (de tratar una cuestión). Mostraremos cuál es el origen de sus empresas y cómo han tratado de establecer sus creencias, sin tomar nada de las Sagradas Escrituras. No ha sido tampoco por respetar la tradición de un santo que ellos se lanzaron de cabeza a todas estas teorías. Antes bien, probaremos que sus doctrinas las sacaron de la sabiduría de los griegos, de las conclusiones de los autores de sistemas filosóficos, de los pretendidos misterios y de las divagaciones de los astrólogos. Parécenos, pues, oportuno exponer en primer lugar las opiniones que emitieron los filósofos griegos y probar a nuestros lectores que son más antiguas que aquéllas (las herejías) y más dignas de respeto sus ideas sobre la divinidad. Compararemos luego cada herejía con el sistema del respectivo filósofo, con lo que se echará de ver que el primer fautor de la herejía se sirvió de estos esbozos y los adaptó para su provecho, apropiándose sus principios. Empujado por ellos hacia lo peor, ha construido su propia doctrina. La empresa, es verdad, exige gran trabajo y largas investigaciones. No nos debe, pues, faltar el valor... Para comenzar, pues, declararemos quiénes fueron entre los griegos los primeros en señalar los principios de la filosofía natural. De ellos especialmente tomaron furtivamente sus opiniones los que comenzaron a propalar estas teorías. Lo probaremos luego, cuando comparemos los unos con los otros. Asignaremos a cada uno de los que han jugado papel de jefe entre los filósofos las doctrinas que les son propias y pondremos de manifiesto la desnudez e indecencia de estos heresiarcas (Proem.).
En este resumen aparece claramente todo el plan de la obra. La intención del autor es demostrar el carácter no cristiano de las herejías, probando su dependencia de la filosofía pagana. Por eso la Refutación consta de dos partes. La primera, que comprende los libros 1-4, trata de los diferentes sistemas paganos. El libro primero es un resumen bastante mediocre de la historia de la filosofía griega desde Tales a Hesíodo. El autor se sirvió de fuentes secundarias y de escaso valor. Los libros segundo y tercero se han perdido. Trataban de las religiones de misterios y de la mitología de los griegos y de los bárbaros. El cuarto libro está consagrado a la astrología y a la magia. La segunda parte de la obra, libros 5-9, refuta las herejías relacionando cada una de las 33 sectas gnósticas con uno de los sistemas filosóficos o paganos mencionados en la primera parte. El libro 10 hace un resumen de todo lo que precede y propone luego una cronología de la historia judía y hace una exposición de la verdadera doctrina. Los libros 5-9 son superiores a los demás, porque en ellos el autor se halla en su propio terreno y da muestras de un sentido crítico más seguro. Depende en gran medida del tratado de Ireneo, Adversas haereses, pero ciertamente usó varias obras gnósticas que ya no existen. Por esta razón la Refutación sigue siendo una de las fuentes más importantes para la historia del gnosticismo. El autor parece indicar (9,12) que el papa Calixto había muerto ya cuando él compuso este tratado. Su composición, pues, tiene que ser posterior al año 222.
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