conoZe.com » Historia de la Iglesia » Historia de la Iglesia » III.- Edad Moderna: La Iglesia frente a la Cultura Autónoma » Segunda época.- Hostilidad a la Revelacion de la Ilustracion al Mundo Actual » Período segundo.- El Siglo XIX: la Iglesia Centralizada en Lucha con la Cultura Moderna » §108.- Panorama Politico y Eclesiastico

I.- Los Diversos Paises

1. La Revolución francesa y su heredero, Napoleón, habían producido la desintegración definitiva del antiguo Imperio alemán (secularización, § 107).

2. Austria, con el famoso estadista Klemens von Metternich (defensor de la restauración), mantiene en el Congreso de Viena de 1815 (§ 111) la posición hegemónica de la Europa central. Durante los reinados de Francisco I (1806-1835) y Fernando I (1835-1848) el gobierno está en manos de Metternich, haciéndose cada vez más peligrosa la fuerza explosiva de las nacionalidades en que se basa la monarquía del Danubio. Otros indicios de tormenta como la Wartburgfest (1817: tercer centenario de la Reforma y conmemoración de la batalla de Leipzig) y la Hambacher Fest (1832: mitin liberal en el que se proclama la República Confederada de Europa) son objeto de una rigurosa censura por parte de la autoridad (Decretos de Karlsbad de 1819; los seis artículos de la Federación Alemana de 1832). Tras la revolución de 1848, que en un principio amenazó la existencia del imperio (caída de Metternich; fin de la hegemonía de Austria dentro de la Federación Alemana), asciende al trono Francisco José (1848-1916), cuya personalidad se convierte en el símbolo de la monarquía.

3. Prusia se consolida bajo el reinado de Guillermo III (1797-1840), tras las derrotas sufridas en la guerra contra Napoleón, y vuelve a ser una gran potencia europea. La secularización le supone enormes ganancias territoriales, como las sedes metropolitanas de Colonia y Tréveris y los territorios sufragáneos; los problemas confesionales que surgen a raíz de esta anexión conducen a las «discusiones de Colonia» (§ 115, II). La vida intelectual alcanza sus logros mayores en la filosofía y teología de Friedrich Schleiermacher, Georg Friedrich Hegel y Arthur Schopenhauer y en la ciencia histórica sobre todo de Leopold Ranke y Barthold Niebuhr. Las relaciones con la Iglesia evangélica se ven dificultadas por la disputa sobre el santoral y el intento de imponer la unión prusiana (§ 115). Federico Guillermo IV (1840-1861) mejora las relaciones con la Iglesia católica. Las tensiones vuelven a crecer nuevamente durante el reinado de su sucesor, Guillermo I (1861-1868), principalmente por la política de Bismarck (el Kulturkampf, § 115, III).

4. Baviera acrecienta también sus territorios con la secularización (las diócesis de Augsburgo, Würzburgo, etc., la ciudad imperial de Nuremberg), pero ya no constituye un Estado puramente católico. Las relaciones con la curia se ven entorpecidas por el «edicto de religión» de 1818, que, a pesar de todas las protestas eclesiásticas, se mantiene en vigor. La disputa sobre la genuflexión (1838-1845; § 115) disgusta profundamente a los protestantes.

5. El nuevo Imperio alemán (1871) acusa desde el principio los rasgos propios del protestantismo prusiano. La desconfianza mutua entre el Estado y los católicos perdura incluso después del Kulturkampf. La distensión comienza cuando Bismarck otorga al papa el papel de árbitro en la disputa hispano-germánica por las islas Carolinas (1885). La situación no se modifica esencialmente hasta el comienzo de la Primera Guerra Mundial. La exhortación pontificia a la paz es rechazada en 1917. En cambio, las potencias aliadas respondieron en varias ocasiones a las llamadas del papa en favor de la paz.

6. Francia: Vuelven los Borbones (Luis XVIII, 1814-1824; Carlos X, 1824-1830) y consiguen afianzarse a pesar de -o mejor, a causa de- su estrecha unión con la Iglesia, que precisamente por eso va adoptando una postura eminentemente restauradora (de ahí se deriva el fomento indirecto del liberalismo laicizante). Ni siquiera el «rey burgués» Luis Felipe (1830-1848) es capaz de salvar su trono. En febrero de 1848 estalla la revolución, impulsada por vez primera por la población obrera. Francia se convierte en república, con Luis Napoleón como presidente. En 1851 Luis Napoleón es nombrado presidente vitalicio y en 1852 emperador. A partir de 1871 Francia vuelve a ser república. En un principio dominan las fuerzas conservadoras, pero poco a poco ocupan su puesto los liberales y anticlericales. En 1880 tiene lugar el debate contra la Compañía de Jesús. En 1901 se promulga la Ley de Asociación, de marcada tendencia antieclesiástica. La separación de la Iglesia y del Estado se consuma en 1905.

7. Bélgica: En conexión con la revolución de julio de 1830, los liberales y los clericales se alzan unidos contra Holanda. En 1831, las grandes potencias reconocen la independencia y permanente neutralidad de la nación y es elegido rey Leopoldo de Sajonia-Coburgo, emparentado con la casa real inglesa.

8. España: Los Borbones vuelven al trono en 1814. El intento de Fernando VII (1814-1833) de restaurar el régimen absolutista (llegando incluso a reimplantar la Inquisición) trae como consecuencia la pérdida de las colonias americanas entre 1810 y 1825 y una revolución interna (1820- 1823), cuya represión exige ímprobos esfuerzos. Tras la muerte de Fernando VII (1834), el país asiste a una serie de luchas dinásticas, que se prolongan hasta 1839, y que afectan a la Iglesia (expulsión del nuncio; persecución de las Ordenes religiosas y expropiación de los bienes de la Iglesia con la conocida ley de desamortización). Estas luchas debilitan sobre todo a la institución monárquica. La corriente liberal se va imponiendo con ayuda de Francia e Inglaterra. 1834-1841: regencia de María Cristina, cuyo consejero más insigne es Donoso Cortés. Para este pensador, el racionalismo y el liberalismo constituyen un veneno disolvente. Donoso fue el primero en predecir la gran revolución futura, que vendría precisamente de Rusia. Durante el reinado de Isabel II (1843-1868) se firma un Concordato en 1851, en el que se reconoce la validez exclusiva de la religión católica en el país y se regula la restitución de los bienes eclesiásticos. Pero en 1868 otra revolución conduce a la destitución de la reina y a la libertad religiosa. Tras siete años de luchas entre los republicanos y los pretendientes españoles y extranjeros, es restaurada la monarquía en la persona de Alfonso XII (1875-1885). La Constitución proclama la libertad de cultos, pero prohibe a todos los no católicos la celebración de ceremonias públicas. La monarquía se mantiene hasta 1931.

9. Portugal: Se ve sacudido durante toda la primera mitad del siglo por continuas guerras civiles y pierde, por ello, la mayor parte de sus colonias, entre ellas Brasil, en 1822. La monarquía desaparece en 1910. La nueva república dispone ya en 1911 la separación entre la Iglesia y el Estado.

10. Italia (cf. § 113): El Congreso de Viena no trae a Italia la unidad nacional. El país sigue dominado por dinastías extranjeras: en el norte los Habsburgos y en el sur los Borbones. En 1820 y 1821 se registran disturbios revolucionarios en Nápoles y en el Piamonte, que son reprimidos por Austria, encargada para ello por la Santa Alianza. Es también Austria la que reprime los levantamientos que se suceden a partir de 1830. La revolución de febrero de 1848 en Francia salpica a Italia. Carlos Alberto de Cerdeña se coloca a la cabeza de la Italia revolucionaria, pero es reducido por el mariscal austríaco Radezki en Custozza (1848) y Novara (1849) y Carlos Alberto abdica en favor de su hijo Víctor Manuel II (1849-1878). Francia y Austria restablecen el viejo sistema. El papa, huido de Roma en 1848, vuelve a los Estados de la Iglesia con la protección de Francia. En 1859 Piamonte y Cerdeña (bajo el reinado de Víctor Manuel y el gobierno de su ministro el conde de Cavour, que habían creado un Estado liberal) vencen a los austríacos, con ayuda de Napoleón III, en las batallas de Magenta y Solferino. El entusiasmo nacional hace que se unan los principados italianos y Cerdeña (1860). En 1861 Víctor Manuel recibe el título de «rey de Italia». En Roma sigue dominando el papa con el apoyo de Francia, pero tras la retirada de las tropas francesas como consecuencia de la guerra franco-alemana, los italianos conquistan Roma en 1870, y un plebiscito celebrado en la ciudad eterna decide su anexión al reino de Italia.

11. Rusia: En un principio consigue mantener su puesto hegemónico en Europa, obtenido al término de las guerras napoleónicas. El zar Nicolás (1825-1855), conservador radical, es, a partir del levantamiento de los decabristas, a cuya cabeza estaban básicamente jóvenes intelectuales, un combatiente decidido contra toda clase de fenómenos revolucionarios de Rusia y del resto del mundo, como había ocurrido en Hungría en 1848. El zar Nicolás presta su apoyo únicamente al levantamiento de los griegos, por el que siente simpatía en razón de la fe común (1827-1828). La sucesión en el trono (Alejandro II, 1855-1881) trae nuevas tendencias liberales, como la liberación de los campesinos en 1861 (que sólo llega a realizarse parcialmente a partir de 1880) y algunas otras reformas posteriores. A pesar de ello aumenta la radicalización en estratos de la intelectualidad (nihilismo).

A pesar de las duras medidas tomadas, la situación de los zares se va haciendo cada día más débil en el interior, dada su incapacidad para reducir los problemas sociales. La literatura, de enorme valor, tiende cada vez con mayor fuerza a un pesimismo cristiano, unido a una dura crítica social (Turgeniew, 1813; Dostoiewski, 1821-1881; Tolstoi, 1828-1910). Durante el reinado de Alejandro III (1881-1894) el consejero más importante es el procurador supremo del Santo Sínodo, Pobedonoszow. Los intentos de rusificación promovidos por el gobierno obligan a los súbditos católicos a exiliarse a las fronteras occidentales del país. Nicolás II (1894-1917) es todavía más débil que sus predecesores a la hora de hacerse con la situación.

En 1898 tiene lugar el primer congreso del Partido Obrero Social-demócrata de Rusia. Entre tanto, Lenin (1879-1924), desterrado en Siberia, elabora los fundamentos teóricos del comunismo, basándose en el materialismo histórico y dialéctico y, por tanto, en el ateísmo enseñado por Karl Marx († 1883) y Friedrich Engels. Continuos atentados ponen en peligro la vida de los más altos funcionarios y de los miembros de la familia imperial. En 1905 y 1906 estalla una revolución, cuya represión resulta muy difícil. Se implantan las libertades civiles: libertad de expresión, de reunión, sufragio universal. El zar sigue siendo jefe supremo de la Iglesia ortodoxa rusa, es decir, supremo protector y defensor del dogma. A pesar de ello aumentan los disturbios en el interior; el influjo incontrolable del enigmático y oscuro «monje» Rasputín repercute peligrosamente sobre la corte. En 1917 tiene lugar la revolución bolchevique. Las condiciones generales de vida de las Iglesias cristianas de Rusia se ven modificadas profundamente -mejor diríamos, se ven sacudidas- a partir de ese acontecimiento (§ 122).

12. Escandinavia se mantiene durante el siglo XIX al margen de los acontecimientos políticos. En Suecia -y también en Noruega a partir de 1905, tras su separación de Suecia- perdura la Iglesia estatal luterana. Los seguidores de otras confesiones (un porcentaje extraordinariamente reducido) disfrutaban hasta hace pocos años de escasos derechos políticos. La influencia de escritores escandinavos como Ibsen, Strindberg y, más tarde, en sentido más positivo, de Selma Lagerlöf es enorme y repercute de manera decisiva en la evolución de todo el mundo cultural hacia el socialismo (sobre Strindberg y Kierkegaard confróntese § 120).

13. Suiza: La evolución se ve condicionada, de una parte, por las luchas en el seno del protestantismo, y de otra, por la contraposición entre cantones católicos y liberales (protestantes). En la Suiza francesa se produce un resurgimiento que lleva a la fundación de una «église libre», de carácter opuesto a la iglesia estatal y al liberalismo. Las revoluciones cantonales de 1830 y 1831 ponen término en la mayoría de los cantones al régimen aristocrático y a la iglesia estatal, sin aclarar las relaciones entre el poder político y la Iglesia. A partir de entonces surgen en la Suiza alemana tres grupos protestantes (la derecha pietista y ortodoxa, el centro y la izquierda liberal radical). La influencia de la izquierda crece y pone en peligro las relaciones con los católicos. En 1828 se llega a un acuerdo con la curia: creación de nuevas diócesis nacionales (con excepción de Constanza), directamente sometidas a Roma. A partir de 1830 comienza la lucha contra el catolicismo, que se agudiza en Lucerna, donde los derechos civiles del cantón estaban unidos a la fe católica. En cambio, en Aargau se modifica la constitución en sentido liberal. Los intentos de expulsión de los jesuitas llevan a los siete cantones católicos a formar por separado una federación que luego resulta derrotada. En 1848 se promulga una nueva constitución federal: libertad e igualdad de derechos para todas las confesiones, pero expulsión de los jesuitas. En 1874, una revisión constitucional separa las escuelas de las Iglesias.

14. Inglaterra (incluidas Escocia e Irlanda). A raíz de la derrota de Francia posee una absoluta hegemonía marítima. En el transcurso del siglo XIX se convierte en la primera potencia mundial. El poderío británico culmina en la era victoriana (por la reina Victoria, 1837-1901). Desde la Primera Guerra Mundial se registra un lento retroceso, adquiriendo los Estados Unidos el puesto de Inglaterra. Todavía durante el siglo XIX tiene lugar la transformación del Empire en la Commonwealth of Nations. Con esta transformación Inglaterra salva su influencia sobre el continente europeo durante el siglo XX.

En política interior el liberalismo dominante suscita numerosas reformas, especialmente la del derecho al sufragio en 1832. Aumenta la importancia de la Cámara de los Comunes, a costa de la aristocracia. La Iglesia católica consigue éxitos importantes. En 1829 se deroga el Acta de 1673, en virtud de la cual quedaban los católicos excluidos del disfrute de los derechos políticos. El Decreto de emancipación, también de 1829, garantiza a los católicos la plena igualdad de derechos civiles. Este hecho es de particular importancia para Irlanda (donde hay mayoría católica), hasta entonces dominada y oprimida por el estamento superior, inglés y anglicano (esto trae consigo el acceso de los católicos irlandeses a los cargos públicos y al parlamento). A pesar de ello, la iglesia nacional de Irlanda sigue siendo la Iglesia anglicana, viéndose los católicos irlandeses obligados sorprendentemente a pagar los diezmos a dicha Iglesia. Esta situación se prolonga hasta 1869, año en el que se concede un estatuto eclesiástico para Irlanda. El movimiento de conversiones a la Iglesia católica, iniciado entre los anglicanos hacia 1840, a consecuencia del movimiento de Oxford, aporta al catolicismo inglés un notable crecimiento de energías (Newman, § 118, III).

La vida de la Iglesia anglicana a lo largo del siglo XIX está caracterizada por tres tendencias: 1) El partido evangélico, o de la «iglesia baja» (surgido del despertar religioso del siglo XVIII); 2) El partido de la «iglesia alta» (aristocracia y alto clero, con mentalidad de iglesia nacional), revitalizado religiosamente desde 1833 por el movimiento de Oxford, en las tres formas de tractarianismo, puseyismo y ritualismo; 3) La tendencia eclesial amplia, que intenta liberalizar la teología anglicana y desarrolla una intensa actividad social.

Durante el siglo XX se registran entre los anglicanos intensos esfuerzos ecuménicos; el movimiento de Oxford sigue progresando (movimiento anglocatólico). En el período 1927-1929 se produce la polémica sobre la revisión del Common-Prayer-Book. Los disidentes avanzan también considerablemente y mantienen una activa vida religiosa. A los metodistas, baptistas y cuáqueros se añaden tres nuevas denominaciones: irvingianos (proféticos y apocalípticos), hermanos de Plymouth (contrarios a toda clase de iglesia) y el Ejército de Salvación (lucha contra el vicio).

En Escocia se registra un resurgimiento dentro de la Church of Scotland (iglesia nacional reformada). En 1843 se produce, tras largas polémicas sobre la constitución de la iglesia, una secesión, la de la iglesia libre de Escocia (que desarrolla una intensa vida de piedad). En 1929 se produce la reunificación de esta iglesia libre con la iglesia nacional. La teología dialéctica es objeto de vivo interés.

15. Los Estados Unidos de la América del Norte, que a lo largo del siglo XIX se van extendiendo hasta las costas del Pacífico, pasan al puesto de gran potencia y se convierten en el principal Estado industrial. A pesar de la completa separación entre Iglesia y Estado, la importancia de las diversas denominaciones cristianas en la vida pública es muy notable. Hasta comienzos del siglo XX los católicos apenas tenían influencia, e incluso en parte eran considerados como indeseables (lucha del Ku Klux Klan contra negros, judíos y católicos). Su extracción social la constituían inmigrantes de modesta procedencia y nivel cultural. La fuerte corriente migratoria constituida por intelectuales del centro y el oeste de Europa, iniciada a partir de 1848, influye también sobre la vida eclesiástica. Merece una mención el «americanismo», desviación doctrinal de los católicos norteamericanos (Isaak Hecker), condenada en diversos momentos por la curia romana (la primera vez en 1899).

Durante el siglo XX el desarrollo del catolicismo es muy notable y abarca muy diversos campos (la enseñanza, las universidades, la ciencia).

16. En los países latinoamericanos el catolicismo sigue siendo la religión dominante. La independencia de las metrópolis europeas supuso una acusada falta de sacerdotes, y, junto con ella, una decadencia peligrosísima del nivel religioso y de las perspectivas cristianas. En el transcurso del siglo se va imponiendo la separación de Iglesia y Estado en México, Brasil y algunas pequeñas repúblicas. En México tiene lugar ya en 1858 la confiscación del patrimonio eclesiástico y la proclamación, al mismo tiempo, de la libertad de religión.

17. Asia. a) Oriente Próximo. El siglo XIX se caracteriza por la penetración de las grandes potencias europeas en el Imperio otomano, que hasta entonces había mantenido una posición de hegemonía sobre sus dominios europeos, sobre el norte de África y sobre todo el mundo árabe hasta el golfo Pérsico. La caída de Turquía se consuma en 1918. Pueden señalarse las siguientes etapas: 1881, Túnez pasa al dominio de Francia; 1911-1912, Trípoli y Libia al poder de Italia; 1882, Egipto al de Inglaterra (independizado en 1922); 1917, Irak al de Inglaterra (independizado en 1932, pero bajo protectorado británico); Siria es protectorado francés desde 1920; Palestina, protectorado británico desde 1918. En 1853 y luego en 1877-1878 Rusia intenta inútilmente una incursión en Turquía, con la supuesta intención de proteger del sultán a los súbditos de religión ortodoxa. Francia aparece entonces como potencia defensora de los católicos. Se vuelve a plantear la disputa de los Santos Lugares por las potencias europeas. El Oriente Próximo sigue fiel en sus enclaves cristianos a la religiosidad ortodoxa. Desde 1908-1909 los cristianos disfrutan de igualdad de derechos en Turquía. A pesar de ello, a comienzos de la Primera Guerra Mundial tiene lugar una dura persecución de los cristianos armenios, de los cuales muchos habían pasado al protestantismo por obra de las misiones americanas.

b) La India es a comienzos del siglo XIX posesión de la «East India Company». En 1858, el gobierno británico toma posesión de la administración (en 1877 la reina Victoria es coronada emperatriz de la India). En 1919 se promulga una nueva constitución con autogobierno parcial. En 1920 Gandhi comienza su lucha tenaz por la independencia de la India, que en 1947 se convertirá en realidad.

La Iglesia católica experimenta durante los siglos XIX y XX un constante crecimiento en la India. El trabajo de los antiguos misioneros (sobre todo de la época portuguesa en el siglo XVI) constituye una buena base. El patronato concedido en el siglo XVI a los portugueses sobre todos los católicos de la India queda limitado a raíz de los concordatos de 1886 y 1928, y en 1950 se circunscribe a las posesiones portuguesas (Goa), mantenido hasta 1961. Los cristianos siro-nestorianos, que en parte viven desde 1596 en comunión con Roma, son atraídos por el movimiento reunificador a posiciones aún más próximas a la Iglesia católica.

Las misiones protestantes (anglicanos, baptistas americanos, luteranos influidos por el pietismo y procedentes de Alemania y Escandinavia) consiguen una notable difusión, principalmente a partir de 1858.

En 1957 los católicos romanos sumaban en la India la cifra de 4,93 millones, frente a 4,73 millones de protestantes, 1,26 de cristianos sirios no unidos a Roma (dentro de una población total de cerca de 400 millones).

c) El Imperio chino ofrece durante el siglo XIX un aspecto desconsolador, al no haberse realizado la necesaria reforma del campo. Los funcionarios están corrompidos. La pobreza del campesinado es tremenda. China es el campo apropiado para las potencias extranjeras, perdiendo la guerra del opio contra Inglaterra (1840-1842), en la que pasa Hong-Kong a dominio inglés. Los tratados de 1858 y 1868 abren el país a las potencias europeas y americanas. La revolución de Taiping (1850-1865) y las sublevaciones de los mahometanos en Yunnan (1855-1873) devastan el país, de lo que se aprovechan las grandes potencias para asegurarse zonas de influencia (Rusia y Japón al norte, Inglaterra y Francia al sur, y más tarde también Alemania al norte). Hacia 1900 se cierne sobre China la amenaza de un reparto formal del territorio entre las potencias europeas, que sólo fracasa por las rivalidades surgidas entre ellas.

La penetración de los europeos vuelve a posibilitar la actividad de las misiones cristianas a partir de 1842. Las misiones católicas (Tratado de Nanking de 1842) consiguen empalmar con los restos de las misiones de los jesuitas (aún se mantenía la diócesis de Pekín). Karl Gützlaff funda en 1826 las misiones evangélicas, que, a partir de 1842, se extienden a todo el territorio chino partiendo de Cantón.

De hecho, tanto las misiones católicas como las evangélicas, como dice Latourette, fueron «cómplices del imperialismo occidental» (su actividad propiamente dicha comienza al terminar la «guerra del opio»). Por ello la xenofobia actual se dirige también contra el cristianismo. El levantamiento de los boxers en 1900, reprimido por las grandes potencias, se oponía también a los misioneros. La descomposición interna y la debilidad de China en su política exterior alcanza su culminación hacia 1920 y durante los años siguientes.

d) Japón: Después de largos siglos de aislamiento se abre a los extranjeros en 1854, estableciendo relaciones diplomáticas y comerciales con las grandes potencias. Durante los años siguientes a 1860 se introducen radicales reformas internas en la constitución del Estado, en la economía y en el ejército, y se implanta el sufragio universal.

Con el establecimiento de las relaciones con las potencias europeas se reanuda la actividad de las misiones cristianas (el cristianismo había sido prohibido en 1612), que empalma con los restos de «cristianos clandestinos». En 1876 se levanta la prohibición del cristianismo y en 1884 se establecen las garantías de la libertad de religión. En 1859 da comienzo la actividad católica por medio de la «Société des Missions Étrangères». Esta empresa ve entorpecidas sus actividades al mezclarse los objetivos específicamente misioneros con otras finalidades de carácter económico y político, surgiendo disputas entre las diversas congregaciones misioneras y apareciendo la incompatibilidad del cristianismo con la religión del Estado (el sintoísmo; problema de la acomodación). En 1912 la población católica se cifra en 66.134 personas; en 1933 se eleva ya a 100.491; en 1957 los católicos japoneses eran 242.000 sobre una población total de 97 millones. En 1923 las iglesias y misiones evangélicas se unen en un «Consejo Nacional de los Cristianos». En 1956 había en el Japón más de 330.000 cristianos evangélicos.

La victoria del Japón en las guerras contra China de 1894-1895 y contra Rusia en 1904-1905 la colocan en el grupo de las grandes potencias. Su superpoblación determina forzosamente una política expansionista.

18. África no reaparece en la política hasta la segunda mitad del siglo XIX, cuando las potencias de la Europa central y occidental incluyen al continente africano en su sistema imperialista. Hasta 1860 no existen más que algunas colonias europeas en las costas, de las que sólo se adentran en el interior del continente la colonia de El Cabo (perteneciente a Inglaterra desde 1806), Mozambique (portuguesa desde el siglo XVI), Angola (perteneciente igualmente a Portugal desde 1574) y Argelia (incorporada a Francia desde 1830).

A partir de 1834 surgen en Sudáfrica colonias europeas independientes, fundadas por residentes de la colonia de El Cabo (Natal, Orange, Transvaal). Los únicos Estados independientes (en sentido europeo) que subsisten en África son el antiquísimo Imperio etíope, cristiano-copto, y la República de Liberia, fundada por antiguos esclavos norteamericanos.

Alrededor de 1860 comienza la penetración política y económica de los europeos en el interior de África y su consiguiente partición, sin tener en cuenta las fronteras tribales, concluida prácticamente en 1900.

La Primera Guerra Mundial, que, contrariando anteriores acuerdos, se propaga también al continente africano, constituye una fuerte sacudida para el prestigio de los blancos.

Las misiones católicas de África experimentan durante el siglo XIX una formidable expansión. Pero el momento culminante de esta expansión coincide con el de la absoluta influencia ejercida por los europeos. Es importante la encíclica de León XIII, publicada en 1888, contra la esclavitud.

También las Iglesias protestantes hacen considerables progresos en África durante el siglo XIX. Como fruto de la misión surgen jóvenes Iglesias en el siglo XX.

19. Australia: El carácter de Australia (antigua colonia penal) se ve modificado por la corriente de emigrantes libres, que relega a un segundo plano a la población indígena, reacia a todos los intentos misioneros. En el transcurso del siglo XIX el continente se va abriendo cada vez más, lo que determina la nueva fundación de colonias inglesas, que se agregan a la antigua colonia penal de Neusüdwal, fundada en 1788. Desde 1850 Inglaterra concede a seis colonias, independientes entre sí, el derecho a su autogobierno y administración. En 1901 se convierten en la «Commonwealth of Australia».

La situación eclesiástica es la siguiente: la instauración de la Iglesia anglicana de Australia comienza en 1836 con la creación de una diócesis. Poco antes había sido nombrado un obispo católico, con sede en Sydney (en la actualidad, la Iglesia católica es la primera en importancia de Australia, después de la anglicana). Los disidentes ejercen también un notable papel en la vida eclesial de Australia (los presbiterianos comienzan en 1812, los congregacionalistas en 1830 y los baptistas en 1831). Algunos benedictinos españoles expulsados de la Península Ibérica por las leyes contra las Ordenes religiosas se establecieron en el oeste desde 1845 y uno de ellos llegó a ser obispo de Perth; pero no tardaron en surgir disensiones entre ellos y los fieles de origen irlandés. Su monasterio de New Norcia, fundado en 1847, fue erigido en 1867 en abadía nullius, centro de una futura diócesis. Sus fundadores fueron los PP. Rosendo Salvado (1814-1900) y José Benito Serra (1810-1886), ambos monjes de San Martín Pinario en Santiago de Compostela. El P. Salvado, de carácter alegre y animoso, fue el alma de la misión y la abadía y, nombrado en 1849 obispo de Puerto Victoria, a ella volvió después de suprimirse la diócesis años más tarde. Escribió unas deliciosas Memorias históricas sobre Australia, redactadas primero en italiano, y publicadas en Roma en 1851, y luego en español (última edición, Madrid 1950).

Desde Australia parten las misiones hacia las islas del Pacífico, llevada a cabo principalmente por la London Missionary Society, que contribuye con gran actividad a llevar el cristianismo a numerosas islas.

Ahora en...

About Us (Quienes somos) | Contacta con nosotros | Site Map | RSS | Buscar | Privacidad | Blogs | Access Keys
última actualización del documento http://www.conoze.com/doc.php?doc=5141 el 2006-07-21 11:59:25