conoZe.com » Leyendas Negras » Pío XII y el Nazismo » Los judíos, Pío XII y la Leyenda Negra: Historia de los Hebreos salvados del Holocausto

Capítulo quinto.- La «leyenda negra» que oscurece el pontificado de Pío XII

Hoy se habla de Pío XII como de un papa débil, dubitativo, que no hizo todo lo posible por evitar el exterminio de los judíos durante el Tercer Reich y, sin embargo, cuando el 9 de octubre de 1958 el papa Pacelli murió, llegaron al Vaticano demostraciones de afecto y admiración procedentes de todo el mundo.

El presidente de Estados Unidos, Dwight David Eisenhower, al saber la noticia declaró: «Tras la muerte de Pío XII el mundo es más pobre. Su vida ha estado enteramente dedicada a Dios y a servir a la humanidad. Consciente y hábil enemigo de la tiranía, ha sido un generoso amigo y bienhechor de los oprimidos y su mano caritativa ha estado siempre pronta a ayudar a las desventuradas víctimas de la guerra. Sin temores ni complacencia, ha sostenido la causa de una justa paz entre las naciones... Sufro por su partida al igual que los hombres de buena voluntad de todo el mundo.»

En Viena, el canciller Raab afirmó: «La historia recordará a Pío XII como uno de los más grandes papas que hayan subido al solio de san Pedro.»

Entre las numerosas manifestaciones de condolencia especialmente significativas, estuvieron las expresadas por el mundo judío.

La ministra de Asuntos Exteriores de Israel, señora Golda Meir, declaró: «Compartimos el dolor de la humanidad por la muerte de Su Santidad Pío XII. En una generación afligida por guerras y discordias, él ha afirmado los altísimos ideales de la paz y de la piedad. Durante el decenio del terror nazi, cuando nuestro pueblo sufría un terrible martirio, la voz del papa se elevó para condenar a los perseguidores y apiadarse de sus víctimas. La vida de nuestro tiempo se ha visto enriquecida por una voz que expresaba las grandes verdades morales más allá del tumulto de los conflictos cotidianos. Lloramos a un gran servidor de la paz.»[1]

El rabino Jacob Philip Rudin, presidente de la Central Conference of American Rabbies, dijo: «La Conferencia Central de los Rabinos Americanos se une con profunda conmoción a los millones de miembros de la Iglesia católica romana por la muerte del papa Pío XII. Su amplia simpatía por todos, su sabia visión social y su comprensión lo hicieron una voz profética para la justicia en todas partes. Que su recuerdo sea una bendición para la Iglesia católica romana y para el mundo.»

El rabino jefe de Londres, doctor Brodie, en un mensaje enviado al arzobispo de Westminster, escribió: «Nosotros, miembros de la comunidad judía, tenemos razones particulares para dolernos de la muerte de una personalidad que, en cualquier circunstancia, ha demostrado valiente y concreta preocupación por las víctimas de los sufrimientos y de la persecución.»[2]

El ex primer ministro francés Mendés-France, de origen judío, declaró: «Quienquiera que se ha acercado al papa se ha asombrado por su valor como estadista, cuya acción se extiende sobre uno de los periodos más dramáticos de la historia. No se puede olvidar que en el ardor de su fe, la adhesión a la paz fue uno de los constantes valores de su pontificado, y es por su oposición a la violencia, como por su respeto por el ser humano, por lo que Pío XII asumió una postura sobre los problemas de la evolución de los pueblos coloniales, que no puede no tener una saludable y considerable influencia sea en el ámbito cristiano como fuera de él.»[3]

Incluso el influyente gobernador del Estado de Nueva York y representante de los liberales americanos, Haverell Harriman, afirmó: «Como ningún otro hombre de nuestro tiempo y como pocos hombres en la historia, ha sabido asumir en la santidad los principios de la humanidad.»

El mariscal de campo Bernard Law Montgomery, protestante convencido, declaró al Sunday Times: «Siento un inmenso respeto y admiración por Pío XII. Era un hombre sencillo y amigable que irradiaba amor y caridad. No he escuchado que diga ni una palabra poco amable a alguien, ni siquiera a aquellos que perseguían a su Iglesia tras el Telón de Acero. Estoy profundamente afectado por su desaparición. Era un hombre grande y bueno.»[4]

Notas

[1] «Il mondo intero piange la dipartita di Pio XII», L'Osservatore Romano, 10 de octubre de 1958, p. 2.

[2] «Nel Mondo in lutto continuano le manifestazioni di suffragio, di sincero cordoglio e di devozione», L'Osservatore Romano, 11 de octubre de 1958, p. 1.

[3] Ibídem.

[4] «A great and good Man», The Sunday Times, 12 de octubre de 1958.

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