conoZe.com » Ética Natural » Homosexualidad » Lobby gay

El presidente homosexual

EL aire frío de La Moncloa tonifica a quien salga de un espeso encuentro con el presidente de Gobierno, después de haberle arrullado con la prosa política de un dispositivo de relojería. La bola bajó rodando y ahí paró, ante la mesa de trabajo de Rodríguez Zapatero. El presidente Truman siempre tenía una advertencia a la vista de sus visitantes: "The buck stops here". El muerto que unos y otros se habían estado pasando paraba ahí: nadie había más responsable que aquel hombre, el presidente de los Estados Unidos. Las cosas llegaban hasta allí porque él era el responsable último de encauzarlas y de perfilar una solución, de tomar las decisiones. Después de la visita del lehendakari Ibarretxe, ahora Rodríguez Zapatero es el responsable máximo al tener que solventarse uno de los más graves conflictos de España como Estado.

Un sinfín de irresponsabilidades históricas y de demagogias anacrónicas ya intrínsecamente propias del nacionalismo vasco le obligan severamente a un ejercicio de responsabilidad en cuyo desempeño no se puede ni tan siquiera descartar cierto sacrificio, la voluntad de conservar por encima del lógico deseo de permanecer. Luego vienen los historiadores y dicen lo que les da la gana. Harry Truman se hubiese llevado las manos a la cabeza de saber que una nueva biografía de su admirado Lincoln dice que era homosexual. La prueba está en que, yendo de viaje por el salvaje Oeste, Lincoln tuvo que dormir en una sola cama con alguno de sus acompañantes.

Es cierto que Truman también decía que un estadista es un político que lleva muerto unos diez o quince años, pero en alguna hora es de agradecer que el estadismo se sobreponga a los intereses de la partitocracia. Esa es la soledad del poder y de La Moncloa. Tras el burbujeo, las responsabilidades hoscas; tras el poder, el olvido, si no el desagradecimiento. Por ahí ha pasado Ibarretxe, llegado a Madrid intacto, aislado en los compartimentos estancos de un particularismo ultra que busca alterar la naturaleza civil de la sociedad vasca y abrir un gran boquete en el consenso histórico que representa la Constitución de 1978.

NADA más propio de la democracia que discutirle a Rodríguez Zapatero, desde la oposición o desde la crítica mediática, su concepción del "tempo" político que requiere enfrentarse al plan Ibarretxe para desmantelarlo. Desde luego, uno no pone un zorro -como también decía Truman- a vigilar las gallinas únicamente porque tenga ya mucha experiencia en los gallineros. De ahí tantos obstáculos a la hora de tejer un entendimiento con Rajoy. Habrá de ser con ese hilo excepcional que se usa para suturar heridas y que al cabo de un tiempo se cae por sí solo, al fijarse los puntos. También hay que reducir gas entre los apoyos parlamentarios tan pintorescos que tiene el Gobierno Zapatero. Al otro extremo del espectro, asomaría el error de buscar la complicidad en Ibarretxe para capitidisminuir al PP.

AHORA Rodríguez Zapatero no puede mirar a derecha o izquierda, ni bajo la mesa, para señalar a alguien que tenga mayor responsabilidad que él: Juan José Ibarretxe le ha dejado un muerto sobre la mesa y esa mesa y la presidencia del Gobierno no permiten traspasar el muerto a quien sea. Candor, calma, confianza, talante, espíritu de transacción: todo eso valdrá en la medida que sirva para algo. De adoptar un "tempo" u otro va todo un trayecto que puede ser políticamente mortífero. Harry Truman lo sabía: "The buck stops here". Lo demás es celofán, toreo de salón, bombonería selecta y ese brote de perejil que los nuevos cocineros andan plantando en todos sus guisos.

Ahora en...

About Us (Quienes somos) | Contacta con nosotros | Site Map | RSS | Buscar | Privacidad | Blogs | Access Keys
última actualización del documento http://www.conoze.com/doc.php?doc=2425 el 2005-03-14 13:03:18