conoZe.com » Ética Natural » Homosexualidad » Uniones entre personas del mismo sexo

Ibarreche y el matrimonio homosexual

Hay algo maravilloso en el movimiento homosexual. No sólo quieren salir del armario, lo cual resulta comprensible. Nada más incómodo que vivir en un closet o retrete. Lo sorprendente es que los gayos quieran casarse. En buena teoría, si una persona aborrece al sexo contrario es porque le repugna la institución matrimonial. Desde que el mundo es mundo el matrimonio —en sus diversas formas — ha sido la forma de sancionar la unión de los dos sexos. La unión de dos personas de un mismo sexo será más o menos apetecible, pero no es un matrimonio. Otra cosa es que el movimiento gayo quiera forzar la situación e instituir la nueva forma de matrimonio entre personas del mismo sexo. No basta con que un grupo o colectivo desee algo para que esa pretensión sea aceptable. ¿Se aceptaría el matrimonio de adultos con niños? ¿Y la poligamia? ¿Y la promiscuidad? Si todas esas formas de relación pudieran caber bajo el esquema contractual del matrimonio, es evidente que la institución se desvirtuaría. Ahora bien, en ese supuesto llamaría la atención el sorprendente alto prestigio que merecería el matrimonio. Lejos de ser una institución erosionada o en declive, su estima social crece. Incluso la generalización de los divorcios supone un sorprendente aprecio del matrimonio, por cuanto la mayor parte de los divorciados desean volver a casarse.

No es el único caso de una paradójica valoración positiva de una institución por parte de quienes parecen combatirla. Tenemos el ejemplo, verdaderamente llamativo, de las pretensiones independentistas de Ibarreche respecto a su pueblo y a los pueblos vecinos. Ya es osadía querer alterar las fronteras de un Estado dentro de la Unión Europea. La independencia de la Comunidad Autónoma Vasca supondría automáticamente el rechazo de la Constitución española. De ahí que la sorpresa está en que, si el Gobierno español decreta la nulidad de la propuesta de Ibarreche, éste pretenda recurrir al Tribunal Constitucional español. El recurso supone la aceptación tácita de la legitimidad que corresponde al Tribunal Constitucional. Entonces ¿en qué quedamos? ¿Ibarreche quiere o no ser español? De momento lo es, pero no se puede hacer querer no queriendo querer.

En resumidas cuentas, tanto los nacionalistas vascos como los gayos reconocen lo mismo que rechazan. El contradiós lógico es muy parecido en ambos, por mucho que sean conjuntos incomparables. Pero lo incomparable también se puede comparar. Sospecho que en el fondo a muchos homosexuales les gustaría casarse como todo el mundo se ha casado. Por lo mismo, cavilo que a Ibarreche le gustaría ser reconocido como español, puesto que españoles han sido todos los vascos desde hace mil años. Antes de esa fecha no existía propiamente España ni ninguna otra nación moderna. Tampoco tenía realidad Euskalherría, ni la tiene ahora. Esa es la diferencia.

Ahora en...

About Us (Quienes somos) | Contacta con nosotros | Site Map | RSS | Buscar | Privacidad | Blogs | Access Keys
última actualización del documento http://www.conoze.com/doc.php?doc=2220 el 2005-03-10 00:25:46