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Hinduismo

La definición de Hinduismo es un complicado asunto académico que solo puede resolverse de manera aproximada. El término Hinduismo no se refiere en realidad primariamente a una religión, sino a una cultura y a un modo de vivir y pensar asociados íntimamente a una religión.

La palabra Hindú deriva del término usado por los Persas para referirse al río Indo. La usaron más tarde los musulmanes para designar los pueblos de Asia del sur, y especialmente los no convertidos al Islam. El término Hinduismo comenzó a usarse en el siglo XIX entre los ingleses que habitaban y gobernaban la India. Designaban así la religión de los indios que no eran musulmanes. jaínes, parsis, o cristianos. Solo más tarde, el término comenzó a ser empleado por los hindúes para referirse a su propia religión.

Tal como hoy lo conocemos después de más de tres mil años. en los que no ha perdido los rasgos centrales de su personalidad. el Hinduismo es una religión de fuerte contenido ritual, que atribuye escasa importancia a los aspectos doctrinales, y que se mantiene unida por el sistema de castas y por el hecho de que los rito esenciales de nacimiento, mayoría de edad, matrimonio y muerte, solo pueden ser celebrados por un sacerdote brahman. El orden o casta de los brahmanes es, en efecto, capital para la sociedad y la religión propia de la India. El sistema brahmánico ha impuesto en la cultura hindú normas opresivas sobre pureza y contaminación, y ha dominado y domina extensas áreas geográficas y estratos sociales. Lo ha logrado, sin aliarse con el poder temporal y sin imponer creencias únicas, mediante la regulación de las relaciones entre castas, y haciéndose indispensable para los ritos y leyes de la vida social.

Profundamente vinculado a la idiosincrasia de la India, el Hinduismo ha dado pruebas de gran vitalidad, y de una capacidad poco común para incorporar nuevos elementos e influencias y desarrollarlos según el propio genio cultural-religioso.

Muchos han visto y ven el Hinduismo como la esencia profunda de la India: «el dharma de la India», en palabras de Gandhi [Citado R. C. Zaehner, Hinduism, Oxford 1962,183]. Otro indólogo escribe: «Sin Hinduismo la India no tendría futuro. El Hinduismo es el suelo en el que han prendido las raíces de la India, y separada de ese suelo se marchitaría inevitablemente, como un árbol arrancado de su lugar natural... Eliminad el Hinduismo, que ha sido la cuna de la India, y ésta encontraría su tumba en este mismo hecho» [Texto de A. Besant, citado por R. C. Zaehner, Hinduism, Oxford,1962, 185].

La base del Hinduismo son los Vedas que, después de un largo período de composición y transmisión oral, fueron fijados por escrito en un proceso iniciado a finales del segundo milenio y terminado entre 800 y 500 a.C. La religión recogida en los himnos védicos es una versión de la religión introducida en la India por los arios que comenzaron a asentarse en el subcontinente hacia la mitad del segundo milenio a.C.

Estos himnos (samhitas) se agrupan en cuatro colecciones, la más antigua de las cuales es la compilación denominada Rig Veda, que parece datar del año 1200 a.C., teniendo en cuenta el lenguaje y las afinidades con la antigua religión del Irán antes de las reformas de Zoroastro. Los grupos siguientes son Sama Veda, Yajur Veda, y Atharva Veda. Esta literatura fue desarrollada por unos textos llamados Brahmanas, escritos en prosa y cuyo contenido principal es un ritual muy elaborado.

Hacia la mitad del segundo milenio a.C. vino la composición de los Upanisadas, que reflejan la tradición védica y a la vez introducen nuevas ideas sobre la naturaleza del alma individual (atman) y su conexión con la realidad última (Brahman). Los Upanisadas introducen también la doctrina -ausente todavía en los Vedas- del ciclo de nacimiento-muerte-renacimiento (samsara), así como la esperanza de una liberación de este ciclo de reencarnaciones.

Una de las etapas finales de la evolución del Hinduismo se refleja en el breve poema didáctico Bhagavad-Gita (canto del Bienaventurado), que forma parte del gran poema épico Mahabharata (primeros siglos de nuestra era). El Bhagavad Gita supone un punto de inflexión y un nuevo comienzo en el desarrollo de la religión india. El poema es un diálogo entre Krisna, encarnación de Vishnu, y su amigo Arjuna, y contiene la revelación de Dios como amor. El Bhagavad Gita es el documento más importante del Hinduismo, y uno de los textos de gran significado en la historia del misticismo oriental.

Los textos que jalonan la evolución de la religión hindú -Vedas, Upanisadas, Bhagavad-Gita- dejan ver en líneas generales lo que parecen cuatro etapas de una historia en la que, a pesar de su gran complejidad, se aprecian algunos rasgos bien definidos. La primera etapa se caracteriza por un politeísmo, muy similar al de otros pueblos indoeuropeos. Sigue luego una fase de panteísmo monista en el que el alma individual (atman) parece identificarse con el Absoluto (Brahman). Una tercera etapa ve desarrollarse tendencias monoteístas de gran intensidad, así como los llamados cultos bhakti (siglos IX y s. de nuestra era), que cultivan una espiritualidad piadosa y devota hacia la divinidad (representada en Siva), y proponen una concepción monoteísta de Dios, no sin influjo cristiano.

La cuarta etapa se prepara en el siglo XIX y se desarrolla a lo largo del XX. Supone un intento de renovación del Hinduismo de reafirmación de su esencia espiritual. Reformadores de las últimas décadas, entre quienes se cuenta principalmente la figura de Gandhi (1869-1948), han tratado de desarrollar en los hindúes un mayor sentido de responsabilidad social y una actitud crítica hacia las castas. Naturalmente los rasgos característicos de cada etapa coexisten unos con otros dentro de la India, y no puede decirse que una etapa sea sustituida si más por la siguiente.

El Hinduismo conserva, a pesar de todo, determinadas constantes, como son las castas mismas; las técnicas del Yoga, que suministran una descripción detallada de las medidas prácticas que debe usar el individuo para alcanzar la liberación del mundo del sufrimiento; y la concepción del Karma-Samsara. En la combinación de las ideas del Karma (ley inexorable de causa y efecto que gobierna todos los hechos y acciones que ocurren en el universo) y del Samsara (ciclo de las reencarnaciones), toda alteración o anomía concebibles se integran en una interpretación omniabarcante y racional del mundo. Nada queda al margen. Toda acción humana es un resultado necesario de anteriores acciones humanas. La vida del individuo es un eslabón dentro de una cadena que se extiende indefinidamente entre pasado y futuro.

La concepción del Karma-Samsara sacraliza y por tanto legitima la realidad tal como es, así como las situaciones de todos los estratos y castas sociales, que mantienen una relación inmutable con el dharma eterno. Constituye «el sistema religioso más conservador que ha conocido jamás la historia» [P. Berger, Para una teoría sociológica de la religión, Barcelona 1971, 101]. Estas severas ideas se han modificado un tanto en el Hinduismo popular, que las ha mitigado mediante prácticas mágicas, ejercicios devotos y místicos, intercesión ante algunas divinidades para alterar los inexorables procesos del Karma-Samsara, etc. Son expresiones sencillas que quieren alejarse de la fría racionalidad que impregna las doctrinas centrales del sistema religioso hinduista

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